Estás sentada,
mirás,
quizás nada te parece entretenido
y optás por acostarte,
finjir que estás dormida
o simplemente hacernos creer que lo estás,
pero mientras nace la charla,
encontrás el momento para dar a conocer tu palabra,
te despertás de manera abrupta
sólo para darnos a conocer tu opinión
para no dejar pasar 2 segundos
y vuelvas a tenderte en la cama.
Comienzan las risas,
unos pares de "ella..." "nooo..."
gritos y saltos,
de repente la habitación se llena de movimientos,
y uno por uno,
empezamos a concluir que sos de aquellas
que tienen la palabra justa para el momento justo,
y que eso,
sumado a tus innecesarios movimientos con las manos
cada vez que escuchás esa melodía que tanto te apasiona,
te hace perfecta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario